Empujón veraniego

Todo esta demasiado tranquilo en la habitación, solo se escucha mi respiración y mi corazón latiendo.
Por los huequitos de la persiana luchan por entrar los rayos de luz avisando de que hoy no merece la pena quedarse en la cama. Sonrió. Tenia ganas de un día así en el que el sol es el mejor despertador. Unas buenas tostadas se van haciendo mientras cojo mis cascos y escucho la primera canción que pillo.
Miro por la ventana y ahí esta él con ansias de alegrar a la gente, de subirlas el animo. Al abrir la ventana una pequeña brisa fría eriza mi piel, huele a mañana de verano.

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